El talento sobra en las calles de nuestro barrio

Cuando se piensa acerca de artistas musicales siempre se nos viene a la cabeza personas que trabajan con discográficas, que hacen giras, que tienen canciones comerciales, que han tenido un buen estudio, etc. En cambio, a un artista que está dando un concierto en medio de una calle, no se le da tanto valor como el que merece. En este caso esa persona transmite la imagen de mendigo para una parte de la sociedad. Hay que hacer algo para cambiar esos pensamientos, ya que son simples seres humanos que quieren llevar su talento a la calle, que quieren aprender a quitarse el miedo escénico tocando en la calle, que intentan hacer que el día sea más ameno para los ciudadanos, que quieren conseguir algo de dinero para pagarse un viaje.

Que haya artistas callejeros como Kader Adjel es necesario para la ciudad. Desde nuestra experiencia podemos decir que da mucho gusto escuchar a personas tocar en la calle mientras uno va de paseo. Cuando quedamos con los amigos o vamos a hacer algún recado en la puerta de un Covirán vimos a un hombre que estaba tocando diferentes canciones con su guitarra. Pasaban los días y seguir viéndole disfrutar como tocaba transmitía una sensación magnífica. Al cabo de tres semanas, volvimos a pasar por el mismo sitio y ya no estaba, en ese momento sentimos bastante pena, como si nos hubiese caído encima un jarro de agua helada.

Por otra parte, los artistas callejeros suelen recibir quejas por parte de vecinos, porque les molesta. Y por mucho que el Ayuntamiento de Bilbao les limitara de cierta medida para tocar su música, las quejas no paran. Como ya hemos comentado antes, no creemos que una persona que salga a la calle a demostrar su talento o valía como músico quiera molestar a la gente si no que al contrario. Ellos intentan hacer la vida más agradable mientras que a la vez intentan dar un salto al reconocimiento público. Se debería valorar y apoyar a este tipo de gente que son artistas igual que los Bad Bunny, C.Tangana, Dani Martin, Pablo Alborán, Rosalía etc. Sin embargo, la diferencia se halla en la comercialidad. Estamos seguros que en nuestras calles hay artistas más talentosos que los que ocupan todas las listas de Spotify. Gente como Kader Adjel expresa su arte al lado de nuestras casas. Bajo los soportales con su guitarra, llueva o no llueva, ahí estarán.